- Déjame salir tonto del culo- lloriqueba ella desde el otro lado.
Y le odiaba, le odiaba tanto que le deseaba cosas horribles y monstruosas mientras lloraba al otro lado del tabique, esperando a que la liberara de su encierro y pudiera desayunar algo.
Esa fue su tortura desde los 6 hasta los 16 años, cuando por fin, Eduardo levantó el vuelo y se fue de casa dejándola a ella contenta y tranquila.
Por eso no entendía por qué, ahora que el médico le acababa de dar la noticia de que iba a ser madre, ella no quería ni llamar a su madre o a su padre, ni siquiera a su marido, si no que quería pasarse por casa de Eduardo, y fundirse con su hermano en ...un largo abrazo.
Psssst! Si alguien sabe el/la autora de esta ilustración, por favor que me lo diga...¡Gracias!
Escrito por Verónica Mar de Bokamanga.com. ¿Te ha gustado?
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