Las noticias de las 9 dicen que el cielo se mantendrá nublado y que hay probabilidad de lluvia en todos los puntos de Cataluña. Yo conduzco, a la espera de que el hombre del tiempo deje de hablar de una vez y una nueva canción se deslice por las hondas radiofónicas hasta el mismo receptor de mi pequeña oficina móvil, mi coche. La música no se hace esperar.
Y allí, mientras agradecía a la cadena de radio, en forma de canto desafinado, la buena elección del tema, mi mente se ha ido a otra parte y empujada por la música, me he preguntado por qué necesitamos tenerlo todo tan controlado, por qué nos asustan tanto los cambios que no hemos planificado al detalle y qué hay de malo en un hecho inesperado.
Si hago un pequeño recuento de experiencias que sólo he vivido a partir de un momento inesperado no sé si debería quejarme: 3 años en Irlanda, un trabajo, grandes amigos, un amor...
¿No crees que podrías narrar tu propia historia encadenando coincidencias: buenas, malas y regulares?
Último viaje a Irlanda en 2009. Parca Jordi Labanda |
El hecho ha sido que, al bajar del coche, justo antes de dirigirme a la reunión que tenía, el sol brillaba con fuerza, y no ha dejado de hacerlo durante toda la mañana, para sorpresa del hombre del tiempo.
Y esa ha sido la forma de dar respuesta a esas preguntas: Son esos pequeños imprevistos los que al final nos hacen arriesgarnos sin tener la sensación de tenerlo todo bajo control, esas pequeñas locuras que oxigenan nuestras vidas, y en muchas ocasiones, nos alegran la existencia.
¿o no?
Y después de este discurso filosófico sobre la teoría del Caos, os recuerdo que hoy, a no ser que ocurra algún imprevisto (como que me toque la lotería a la que no he jugado) anunciaré los productos con descuento, ampliaré la lista de clientes preferentes para la reserva de La Casita de Wendy y repartiré los vales descuento de ayer.