El sábado quedé con una amiga. El fútbol, el lugar y la poca afición femenina de la zona al deporte Rey nos dejaron en un bar, rodeadas sólo de hombres, recordando viejas anécdotas y poniéndonos al día de nuestras últimas vivencias. Aún con el viento a favor, con un bar lleno de hombres y siendo las únicas féminas, ni uno sólo se acercó con la idea de ligar, ni con otra idea tampoco...
Aunque creo que jamás he salido con Carol de ligoteo, la vez que más cerca estuvimos de salir con esa intención fue todo un fiasco:
Ligar, ligar...no llegué a hacerlo, pero el motivo era obvio, nuestra zona no invitaba al coqueteo, ni a que se acercasen demasiado y es que a poco metros, un chico que en cualquier otra circunstancia hubiese pasado más o menos desapercibido, daba muestras de su presencia sin reparos. Digamos que se hacia notar... olfativamente hablando.
Y allí estaba él, rodeado de amigos de verdad, de esos que se quedan a tu lado en cualquier circunstancia, mientras aspeaba sus brazos ambientando el local a su estilo.
El peor momento de la noche llegó cuando el DJ, que se hallaba lejos del individuo, pinchó la conocida 'Que levante la mano mi gente' y es que el DJ en su cabina no tiene que aguantar tal tortura, en ese momento, tanto Carol como yo pudimos apreciar la esencia pura del individuo que unos cm más alto que nosotras nos paseó la axila por la nariz.
A las almas caritativas que por aquí se pasean, no vengáis a decirme que si hay gente que sufre ese problema corporal, especialmente en pies y axilas y que es incontrolable... Aún si ese fuese el caso de este individuo, lo potenció con un mínimo dos meses sin ver la ducha, por que aquello era lo nunca visto (perdón, lo nunca olido).
Y muchos os preguntaréis que por qué no fuimos a otra zona de la disco. Reconozco que es una muy buena pregunta, pero encontrar un taburete abandonado donde poder aposentar bolsos y chaquetas es un milagro y los milagros no hay que dejarlos escapar.
Y allí estaba él, rodeado de amigos de verdad, de esos que se quedan a tu lado en cualquier circunstancia, mientras aspeaba sus brazos ambientando el local a su estilo.
El peor momento de la noche llegó cuando el DJ, que se hallaba lejos del individuo, pinchó la conocida 'Que levante la mano mi gente' y es que el DJ en su cabina no tiene que aguantar tal tortura, en ese momento, tanto Carol como yo pudimos apreciar la esencia pura del individuo que unos cm más alto que nosotras nos paseó la axila por la nariz.
A las almas caritativas que por aquí se pasean, no vengáis a decirme que si hay gente que sufre ese problema corporal, especialmente en pies y axilas y que es incontrolable... Aún si ese fuese el caso de este individuo, lo potenció con un mínimo dos meses sin ver la ducha, por que aquello era lo nunca visto (perdón, lo nunca olido).
Y muchos os preguntaréis que por qué no fuimos a otra zona de la disco. Reconozco que es una muy buena pregunta, pero encontrar un taburete abandonado donde poder aposentar bolsos y chaquetas es un milagro y los milagros no hay que dejarlos escapar.
A todo esto, tanto hablar me quedé sin aconsejarle un vestido a Carol, que ya había pedido varias veces que lo hiciera, aprovecho el blog para hacerlo, ya que esta semana será la semana de los vestidos. Para Carol el vestido maniqui, para tí, el que tú me digas... AQUÍ
Para Carol, Carolina, Caroline, Carola... Tiene tantos nombres...
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