Ahora que ya es de noche, que los niños duermen y las ciudades reposan, después de la cena y con el día ya a la espalda, vengo a explicar, más que fábulas, VERDADES, de esas que no por mucho que se las niegue no dejan de ser ciertas:
No es que yo tenga mala suerte con las plantas, tampoco es que no tenga mano, ni siquiera que estoy muy ocupada... Lo que a mí me pasa es... Y lo voy a decir muy alto y claro... es que SIEMPRE me regalan plantas con instintos suicidas.
Y desde aquí, hago un llamamiento a toda esa gente que.... como yo, es simplemente víctima de unos amig@s, amantes, familiares y otros personajes malintencionados, que regalan sólo plantas suicidas.
¿Pero qué se han creído?
Mi ya famoso rosal, sigue vivo. Cada noche viene a casa un psicólogo argentino que le descubre lo bonita que es la vida. Parece que la terapia funciona, aunque yo... no me fiaría.
¿Os he convencido?
¿Os he convencido?
Sea como sea, la culpa que sea siempre de otros, jamás mía.
Hasta mañana, con dos bolsos nuevos listos para l@s más rápidas:
¡Mañana atenta a mi blog para conseguirlo en el outlet para el que trabajo: Bokamanga
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Verónica
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Ahora que ya es de noche, que los niños duermen y las ciudades reposan, después de la cena y con el día ya a la espalda, vengo a explicar, más que fábulas, VERDADES, de esas que no por mucho que se las niegue no dejan de ser ciertas:
ResponderEliminarNo es que yo tenga mala suerte con las plantas, tampoco es que no tenga mano, ni siquiera que estoy muy ocupada... Lo que a mí me pasa es... Y lo voy a decir muy alto y claro... es que SIEMPRE me regalan plantas con instintos suicidas
A ver a qué hora me lo pones, que yo voy a tope, ja, ja.
ResponderEliminarPor cierto, a mí también se me suicidan, una se tiró balcón abajo, y no bromeo, ahí desistí, sólo tengo grasas y rosales (que aparte de alguna enfermedad me aguantan bien las nevadas).