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Después del fallido y frustrado intento ayer de re-estrenar mi vestido marinero debido a la lluvia. Hoy, al ver que el sol mostraba cuatro rayos, lo he descolgado, me lo he enfundado y he salido a comprar el pan, el diario y disfrutar de un vermout en mi propia compañía. Con zapatillas y chaleco nuevos, la mochila roja ya es para vosotras una vieja conocida, y para mi una vieja amiga.
Ya estoy de vuelta, descalzada, frente a la tele, con la F1 en la pantalla y dispuesta a no quitarme el vestido ni para la siesta, muy a pesar de mi madre, quien tras varios intentos fallidos desde 1999 no ha conseguido robármelo, y tamnpoco lo hará esta temporada.
Sintiéndolo mucho, mamá... el vestido aún me sirve y está en plena forma... Quizá el año que viene... Quizá.
Buen domingo a tod@s!
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Ah, yo no puedo moverme del sofá, la carrera está super interesante.
ResponderEliminarQue no te lo robe, que te queda genial.